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Reseña / 20 May — 2022

Shadowboxing

Alan Martí en Galería AFA

El término shadowboxing se asocia al ejercicio de los boxeadores cuando éstos luchan con una persona inventada o imaginada. Esa persona inventada es una expresión de uno mismo, un otro yo. Y es así como entramos en la muestra de Alan Martí y en su campo de ficción, aquella que es tan propia de los pintores.

En la obra de Martí, su universo pivota entre lo psicológico y lo onírico, entre un mundo de sueños y realidades que -enfrentado a su propia imagen y su quehacer pictórico-, compone las 33 obras que se exhiben en AFA galería.

El shadowboxing no tiene restricciones, le entrega libertad al movimiento del artista, y así también a las obras de la exhibición, que está compuesta de fotomontajes y pinturas de diversos tamaños.

 

Alan Martí, Vanitas, 2020-2021, óleo y spray sobre tela, 110 x 90 cm. Foto: Pía Bahamondes

 

Martí oscila entre el carácter narrativo de la historia que puede contener una pintura, como también entre obras subconscientes y abstractas que siempre buscan responder a la necesidad experimental y conceptual de las obras figurativas, cohabitando en un intercambio permanente de golpes.

En los fotomontajes, lo digital sigue colocando a la pintura por delante. Con el color, la plasticidad, la resolución, la textura, disloca el original manipulando factores como la cantidad de elementos y la nitidez o desenfoque que los pudiera caracterizar. Es decir, otro acto pictórico.

 

Alan Martí, Tótem (de la serie Homúnculos), 2022, óleo sobre tela, 153 x 135 cm

 

Sensaciones como extrañeza, inquietud y dislocación arroparán al observador. Una inquietud sensorial y poética que finalmente deja perplejo hasta al propio autor. “En mi obra coexisten elementos provenientes de diversos períodos de la historia de la pintura, como el barroco, el romanticismo, el surrealismo y el expresionismo abstracto, así como también del mundo del animé, el cine, los buscadores de imágenes online y lo distópico”, dice el artista.

Y todo lo que vemos en la muestra es el encuentro entre la energía que evoca el artista y el reflejo de las contingencias del mundo exterior.

Ese mundo con quien el pintor debe practicar el shadowboxing.

 

Alan Martí, Paisaje II (de la serie Error 404), 2020, óleo sobre tela, 20 x 25 cm

 


 

SHADOWBOXING

Por Grace Weinrib | Curadora

“Flota como una mariposa, pica como una abeja”

-Muhammad Ali

 

Los pintores tenemos que tomar la posta de otros pintores. Es una suerte de maldición que viene con este material milenario. Pero si uno toma la posta de otros pintores podríamos pensar que en algún lugar del corazón de la pintura está el tomar prestado, sólo para luego alquimizar ese gran amor que impulsó el préstamo en primer lugar.

Conozco a personas que tienen libreros llenos de libros prestados; libros que son tan preciados para ellos que es casi como si fueran propios. El otro día hablaba por teléfono con una amiga, y luego de ausentarse por un momento, volvió para decirme que su hijo estaba soñando que le molestaba su mano de pirata. Me puedo imaginar lo molesta que él sentía esa mano.

Parece que nuestros sueños fueran capaces de rearticular pequeños pedacitos de lo que deseamos, o lo que nos da miedo, o lo que derechamente nos genera incomodidad. Es como si el inconsciente tomara algo prestado de un lugar, para luego situarlo en otro. Esto, por supuesto, sin regulación. Y para algunas personas, la fuerza de ese nuevo lugar se trasvasija a la realidad cotidiana, y no requieren de estar soñando para evocar ese estado. Cuando los boxeadores dan golpes en el aire, ¿quién está ahí? Ese baile con el vacío es sólo un ejercicio; el shadowboxing se define como tal. ¿Pero qué habita ese lugar?

Cuando un ajedrecista juega contra sí mismo, deben ficcionar que hay alguien al otro lado del tablero, un oponente tan real como él. Ese oponente debe tener los ojos pardos, quizás haga un sutil movimiento con la ceja derecha al enrocar. Es posible que sea hijo único y que su madre haya sido profesora de un colegio rural en la juventud. A lo mejor la soledad impulsa estos inventos, pero mientras más fuerza tenga esa imagen, más complejo y real podrá ser ese partido. Tengo certeza de que Ali realmente canalizaba una abeja y una mariposa, así como el hijo de mi amiga llegó a habitar el cuerpo de un pirata.

Cuando tomamos algo prestado, nos movemos de un punto a otro, así como cuando agarramos rápidamente un pincel para barrer la gruesa pasta amarillo limón que está reposando sobre la paleta. Cuando llegamos al otro lado y barremos la tela con esa pasta fresca, nos salimos con la nuestra, pero luego de haber tomado el riesgo de rozar con esa realidad, de explorar dentro de ese espejo, de canalizar nuestros sueños y deseos, y esto lo hacemos con tanta convicción que esa performance resulta ser tan real que se siente como la frenada que da el cuerpo luego de estar en caída libre en un sueño.

 

Alan Martí, Confetti III (de la serie Error 404), 2022, óleo sobre tela, 7 x 5 cm

 


Alan Martí

Santiago de Chile, 1995. Licenciado en Arte por la Pontificia Universidad Católica de Chile (2014-2018). Ha expuesto de forma individual en Espacio O (Santiago), 2017 y en las colectivas Heptágono, Taller Navarrete 2021; Exposición Virtual: Artistas Chilenos, Galería YAG, Pescara, Italia, 2020; Concurso ArtEspacio Joven BBVA, Galería ArtEspacio, 2018; Efecto Ritalín, curada por Jorge González Lohse, Centro Cultural de España, 2018; XII Premio MAVI – BHP Minera Escondida Arte Joven, MAVI, 2017; y Artefacto, Casas de Lo Matta, 2016, Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Argentina, Centro Cultural Borges, Salón Chile,  2016, entre otras.

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Del 14 de mayo al 19 de junio de 2022. Horarios: viernes a domingo de 11 a 17 horas

Galería AFA, Franklin 741/Local 4-A, Metro Franklin/Metro Santa Rosa, Santiago

Estacionamiento pagado en San Francisco 2038

F: +56 2 26648450

http://www.galeriaafa.com

IG: @galeriaafa