Un grito es el manifiesto de una sensación, un sonido agudo y estridente que desconcentra primero, y obliga a poner atención después. La obra de Alfredo Jaar Música (Todo lo que sé lo aprendí el día que nació mi hijo) reúne una serie de registros de primeros gritos de recién nacidos, precisamente como una voz de alerta. En un comienzo, el trabajo fue concebido para ser presentado en el frontis del edificio del Ministerio de Educación de Chile, como un llamado urgente sobre el inexorable compromiso de la institucionalidad gubernamental en la formación de personas que se integran a la sociedad.

Sin embargo, el proyecto no pudo concretarse y, en cambio, vio la luz en 2014 en el Nasher Sculpture Center de Dallas, Estados Unidos. Ahí, en un pabellón diseñado por Jaar, los visitantes pudieron escuchar las grabaciones de los primeros llantos de bebés nacidos en la ciudad, entre octubre de 2013 y febrero de 2014. El museo se alistaba para celebrar 10 años de vida, y en lugar de reflexionar sobre sus hitos institucionales, el artista optó por realizar una obra que celebraba los nacimientos de los nuevos ciudadanos y las posibilidades ilimitadas de su futuro.

Siete años después, en el marco de la 15° Bienal de Artes Mediales de Santiago, la obra será presentada por primera vez en Chile. Esta vez, serán los primeros llantos de bebés nacidos este año en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile los que se podrán escuchar en el hall de acceso del Museo Nacional de Bellas Artes. “Después de estos meses infinitos de duelo, quisiera celebrar el extraordinario milagro de la vida”, decía hace pocos días en una entrevista a Palabra Pública, a propósito de esta obra que invita a reflexionar sobre el comienzo de la vida en un contexto de crisis e incertidumbre, donde acoger, contener y preparar a otro para el futuro parece ser una tarea particularmente desafiante.

“Esta obra fue señalada por Ana María Risco, quien es parte del consejo curatorial de la siguiente edición de la bienal, pensada como una provocación al vértigo estructural que vivimos planetariamente”, cuenta Enrique Rivera, director de la Bienal. “Música de Jaar propone el acceso abierto y responsable a contenidos, servicios y herramientas del arte y la cultura, convirtiendo el primer grito de un recién nacido en un elemento político, que despierta la conciencia por nuestro rol en la sociedad”.

Fuente: Corporación Chilena de Video y Artes Electrónicas (CChV)

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