Mauricio Guajardo( 1 )

Nace el 19 de febrero 1976, en la ciudad minera de Rancagua, a 90 kilómetros al sur de Santiago. Si bien vivió en la ciudad, por relaciones familiares, habitualmente viajaba al campo. Ahí aprendió de la vida del campo con su abuelo de 107 años (quien además, fue el único abuelo que conoció). En ese lugar, siempre disfrutó de los paseos a caballo con su padre. Sus padres, Delfin (82) y Orieta (82), minero y madre dueña de casa respectivamente, hicieron cuanto pudieron para que fuese una buena persona, entregándoles el valor al trabajo duro y el esfuerzo. Dos hermanos mayores (67 y 64) y una hermana (47) constituían la familia (por razones de edad, es con Paula, con quien mayor relación tiene hasta la fecha) Delfin y Orieta fallecieron. El primero hace casi 10 años y la madre Hace casi tres…. La vida no volvería a ser lo mismo, después de esto. En la infancia lo que más disfrutaría era el campo de sus tíos, frente a los andes, probablemente es ahí donde comienza el amor por la cordillera y sus piedras. En el colegio, estudiaba en el Biólogo, siempre desde niño quiso ser Medico Veterinario. Sólo a dos años de terminar piensa en estudiar arte, si bien escribió poesía desde muy joven y habiendo ganado varios premios, nunca pensó en hacerlo carrera. AL entrar a estudiar la carrera de artes plásticas el año 1994, creía que se dedicaría a la pintura, pero la manera de dibujar y uno de los profesores de volumen, le ayudaron a tomar la decisión por la escultura. Y fue en un seminario de forja, impartido por Francisco Gazitúa y Tim Scott, cuando al sangrar las manos durante toda la semana, donde pensó qué a pesar del dolor y el agotamiento, esta sería la mejor opción de su vida…. En el 1998, recién egresado y luego de ganarse un Fondart (fondo nacional de las artes), realiza la obra Malchaulil, escultura fálica, que le volvería a conectar con su paisaje y raíces. Del lugar de donde aparece el dibujo del cual basa su escultura, zona entre Pangal y Coya, en plena Cordillera, sería una zona “protegida”, ya que todos los petroglifos del lugar datan del año 700 D.C., cosa mas extraña, ya que en chile nuestros indígenas se comunicaban de manera oral. También Aparece una escultura en la zona de Requinoa, muy cerca de los petroglifos, obra fálica de 13 metros de altura, que es base, cuerpo y cabeza, por separado y armada por medio de calce. Lamentablemente la obra fue censurada por su carácter y no pudo ser instalada en el espacio público (Machali, pueblo de la zona). Ahora esta escultura se encuentra en la casa particular de un abogado…. Sin embargo, y derivada de ésta experiencia cultural, también definiría su manera de ver al arte. En ese momento, se dedica a estudiar el arte y cosmogonía mapuches y otras culturas suramericanas. Otra de las cosas más importantes en su vida fue haberse casado con Beatriz Castro, Arquitecto, quien le ayudaría en la reflexión de su trabajo a lo largo de estos 17 años, también en conjunto desarrollarían la Productora de Eventos Culturales Puentes Limitada, con la cual desarrollarían proyectos tales como simposios y exposiciones. Hasta la fecha a pasado por varios talleres, casi todos ubicados en la Cordillera de la Costa… hoy en día se encuentra en Santa Sofía de Lo Cañas, en la precordillera, a 1.100 metros de altura y con una vista impactante de la ciudad de Santiago. El material utilizado desde hace ya más de 20 años es el granito, de pre-cordillera y rio, puesto que su forma, color y textura propician una mejor calidad de la obra. Son obras para mirar a través, permitiendo un ejercicio “vouyerista”, pero también implica perderlo todo, extraviarlo todo, incluso la memoria. Esculturas que apelan al lugar habitable (la casa), al paisaje de la zona de Doñihue (cordillera de la costa de Chile), pero también al juego (sobre todo hago referencia a las obras de mayor escala), puesto que son una invitación a interactuar con el vacío contenido que ellas poseen. En las esculturas más recientes persiste el vértigo y que ellas están llenas de luz, son también puertas y ventanas. La mayoría de las obras están compuestas por dos elementos. Uno de ellos manteniendo su “forma natural” y el otro, dominado por la mando del hombre y forzado a la geometría, conformando así esculturas resultado del espacio, la memoria (el hombre) y la naturaleza. Hoy día, insisto en hacer posible el agujerear un material tan noble como el granito, produciendo en mí una conexión profunda a la tierra de donde esta procede, para mi es casi un acto religioso. Así como conecto al paisaje, busco producir en el espectador una propia conexión con este nuevo paisaje, como la posibilidad de que este interactúe con él.