La exhibición “Rencontres: entre el azar y la voluntad”, que cuenta con la curaduría de Grace Weinrib y texto de la investigadora en arte contemporáneo Carolina Castro, muestra de manera presencial el trabajo de la artista Catalina Quezada Ortega en el Museo de Artes Visuales (MAVI). Influenciada por el filósofo y estudioso del mundo chino, François Julien, esta exposición es una invitación a redescubrir la intensidad y belleza que se esconde en los aspectos menos visibles de la vida.
Esta muestra se compone principalmente de encáusticas sobre maderas de pequeño formato, así como de una serie de esculturas y de dibujos encerados. Las obras hablan acerca de memorias, arquetipos, creencias y pensamientos profundos del ser humano. “El uso de la encáustica me ha permitido materializar imágenes provenientes de memorias antiguas del ser humano, por ejemplo cuando comúnmente mujeres y hombres consideraban los animales como comensales simbólicos y eventuales interlocutores espirituales”, señala la artista.
En relación a estas pinturas, la artista presenta una serie de esculturas de pequeño formato construidas a partir de objetos y materiales que se encontraban en las fundaciones de su casa en Valparaíso. “Estas esculturas (que son más bien objetos) son una extensión de mi interés en la capacidad de los objetos en crear relaciones físicas, afectivas, inconscientes y culturales entre las personas. Algunas de ellas han sido pensadas para el trabajo que realizo con niños en un hospital de día con orientación psicoanálitica”, sostiene la artista.
Catalina Quezada Ortega nació en Santiago de Chile en 1983. Estudió arte en la Ecole Supérieure des Beaux-Arts de Montpellier, Francia. De regreso a Chile en paralelo a su práctica artística, ha trabajado y colaborado con diversas instituciones psiquiátricas en el campo del arte. Su trabajo ha sido expuesto en Chile, Francia, Bélgica y Escocia.
Fotografías por Jorge Brantmayer. Cortesía: MAVI