Consuelo Lewin y Carlos Navarrete están a cargo de la curaduría de la exposición colectiva "La Deriva del Gesto y la Forma", que se puede visitar presencialmente en el Museo de Artes Visuales (MAVI) de Santiago entre el 28 de mayo y el 18 de julio de 2021.
Considerando una era en donde todos los continentes estuvieron unidos o formaron una gran masa territorial sobre nuestro planeta, la exposición colectiva La deriva del gesto y de la forma, que se presenta virtualmente en la web y redes sociales del Museo de Artes Visuales (MAVI), reflexiona respecto a las nociones de Deriva y Forma, tomando como punto de partida la idea de la abstracción como visualidad plástica centrada en el oficio de la pintura.
Curada por los artistas chilenos Consuelo Lewin y Carlos Navarrete, la exposición reúne obras de Jaime Alvarado, Magdalena Atria, Ciro Beltrán, Josefina Concha, Sofía Donovan, Colomba Fontaine, Rodrigo Galecio, Félix Lazo, Cristián Mono Lira, Paulina Mellado, Francisco Morán, Ricardo Pizarro, Ximena Rojas, Macarena Ruiz Tagle, Malu Stewart, Francisca Sutil, Valentina Valladares, Andrés Vio y Rodrigo Zamora, además de la de ambos curadores.
Esta muestra indaga sobre cuáles serían esos continentes que en la actualidad, desde lo pictórico, alguna vez conformaron un gran territorio llamado “pintura no figurativa”. Por tal motivo, se privilegia un conjunto de obras que, a lo largo de los últimos treinta años, permiten leer motivaciones o ideales estéticos ligados al problema del color, la noción de geometría, el sentido del gesto, la problemática del formato y su espacio, o el trabajo con objetos, para configurar un panorama de posibilidades respecto a este oficio.
Los curadores de la muestra han tratado de usar la teoría de la tectónica de placas y la deriva continental para darle forma pero, al mismo tiempo, para analizar la idea de la pintura como un campo en permanente expansión e interpenetración con otros lenguajes visuales. Lo anterior se comprende de mejor manera cuando se toma la reflexión del geólogo Gustavo Tolson sobre las propuestas de geólogos y científicos que estudiaron la existencia de supercontinentes como Gondwana (concepto del geólogo Eduard Suess), Pangea (concepto del astrónomo y meteorólogo Alfred Wegener) y Laurasia (concepto del geólogo Alexander Du Toit).
El proyecto curatorial se presenta a partir de campos de trabajo, los que a la manera de continentes componen las diversas nociones de pintura no figurativa en la escena local: continente de la mancha como deposición y gesto; continente de la forma, el objeto y su espacio; territorio de la forma blanda y la naturaleza orgánica; y espacios monocromos.
Con una actitud lúdica y a través del uso de materiales que refieren a la vida cotidiana y lo artesanal, las instalaciones y esculturas de Paulina Mellado tratan sobre nuestra complicada relación con la naturaleza, sus tantos misterios inconclusos, el indescifrable idioma que ninfas, plantas y piedras comparten. Sus instalaciones suelen estar compuestas de pequeñas esculturas hechas a mano, material orgánico y otros objetos.
La obra de Colomba Fontaine surge tras la inquietud de cómo están hechas las cosas, cómo se comportan los materiales y cómo intervenir o darle un nuevo sentido a las distintas etapas del proceso de construcción de un volumen o imagen. Utilizando la cera, la pintura, pigmentos y la cerámica gres explora técnicas con resultados inesperados, los cuales aparecen a partir de aplicar procesos similares a diferentes elementos y materiales.
Para esta muestra, Félix Lazo presenta dos obras que corresponden a dos líneas de trabajo diferentes: una se conecta con lo digital y la interacción, y la otra con un cuestionamiento del formato de la pintura por medio de módulos que se toman los espacios o muros. Una de las obras corresponde a la serie SistemaAutopoiético_[818]. Estas pinturas digitales son producto de la interacción con el programa interactivo sistemaAutopoiético_[818] diseñado por el artista. Con varios procesos simultáneos de cambios de color, utilizando tecnología de visión por computador, el sistema registra el movimiento y el gesto en tiempo real. Estas pinturas son realizadas en una danza del artista con el sistema, rescatando instantes únicos en los que el proceso no vuelve a repetirse.
En el 2016, Cristián “Mono” Lira comenzó a registrar con una cámara digital de video distintos acontecimientos sucedidos en espacios arquitectónicos de la ciudad de Santiago, para luego crear un montaje contenido por múltiples planos (entre 25 a 40 planos) simultáneamente agrupados en un solo video. Así surgió la idea expandir a todo el territorio chileno el ejercicio de documentar fragmentos arquitectónicos y escenas cotidianas que dan cuenta de la curiosa geografía, el paisaje y los distintos modelos de organización urbana y social muchas ciudades. En cada plano se desarrolla una acción, que compuesta junto a la totalidad de planos simultáneos conforman, por medio del loop de video, una infinita repetición, revelando las distinciones que definen un lugar determinado.
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