Existe un principio de complementariedad implícito en el cruce que marca un punto de fuga y de partida y uno de encuentro y de llegada. Es éste el marco en donde las obras de Macarena Alvarado y de Ariel Mora se acercan, y se entrecruzan en dimensiones diferentes de materia y de color, habitando el adentro y el afuera del espacio 34_35_ Palacio Barolo.
Ambos artistas trabajan resignificando elementos cotidianos con los que convivimos a diario. Sus obras despliegan estrategias compositivas que construyen formas que interpelan nuestro modo de mirar y entender. Los colores y las texturas les dan cuerpo.
Macarena Alvarado, vista exposición Portal Sahumerio, Galería 3435, Buenos Aires. Foto: Paula Penise.
Macarena Alvarado construye estructuras, varias en formatos ascendentes, inspiradas en el viaje que realiza Dante del infierno al paraíso en su Divina Comedia. Recorta, apila y enlaza superficies rugosas y prefabricadas, proponiendo nuevas maneras de tejer la forma. Las esponjas pierden su origen, y su función se desarma y se reconfigura en obras que interpelan a la arquitectura, creando nuevas geometrías y posibles simbolismos.
Por su parte, Ariel Mora nos plantea otra lectura de los objetos cotidianos. Hay tensiones desde el afuera que quieren ingresar al interior de la sala a través de sus ventanas. La acción detiene el tiempo y atraviesa el aire, el mismo que está presente de algún modo en el sahumerio de otra de sus piezas. El tiempo pasa a revelar su propia estructura, y su inclusión transforma el origen constitutivo de la obra. Aparecen también otras lecturas en donde los objetos se reformulan mediante planos de color que atraviesan el espacio -y nuestra mirada- y se entrecruzan en sus veladuras y transparencias.
Macarena Alvarado, vista exposición Portal Sahumerio, Galería 3435, Buenos Aires. Foto: Paula Penise.
Hay una intención de reflexionar sobre las tensiones entre lo blando y lo duro, entre lo rugoso y lo llano, entre lo cálido y lo frío de toda superficie y color. Color que es claramente la estructura central de esta exhibición. Color que es luz, y que es precisamente la que lo hace visible.
Así, en esta exhibición, los colores aparecen y resaltan la arquitectura. Toman sus variantes de la luz, y la sombra recorta también las zonas iluminadas. El color adquiere su forma, la sombra la exalta. La concepción del espacio se transforma. El color adquiere la forma del deseo.
Melina Werkenwald / Fabián Carrere
Macarena Alvarado, vista exposición Portal Sahumerio, Galería 3435, Buenos Aires. Foto: Paula Penise.