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Noticia / 20 Mar — 2021

Galardón para Ernesto Neto

Críticos chilenos premian su muestra

A través de sus diferentes comités, el Círculo de Críticos de Arte de Chile dio a conocer lo mejor de 2020 en diferentes disciplinas. En la categoría de artes visuales, escogió a la retrospectiva “Soplo”, del artista brasileño Ernesto Neto, que se presenta en el Centro Cultural La Moneda.

A través de sus diferentes comités, el Círculo de Críticos de Arte de Chile dio a conocer lo mejor de 2020 en diferentes disciplinas. En la categoría de artes visuales, escogió a la retrospectiva “Soplo”, del artista brasileño Ernesto Neto, que se presenta en el Centro Cultural La Moneda.

Soplo, curada por Valéria Piccoli y Jochen Volz, curadora y director de la Pinacoteca de Sao Paulo respectivamente, está compuesta por más de 80 obras que se despliegan en las dos grandes salas y en el hall principal del CCLM, donde se aprecia el trabajo que el artista ha desarrollado desde fines de los años 80 hasta la actualidad, y que está íntimamente ligado a su labor junto a las comunidades amazónicas, investigando prácticas y saberes ancestrales.

“Este premio es muy significativo para todo el equipo del CCLM, ya que Soplo reabre el Centro Cultural después de seis meses de confinamiento en 2020, por lo que también es un reconocimiento a la perseverancia que tuvimos para seguir entregando experiencias culturales de excelencia a nuestros visitantes, a pesar de las dificultades que ha traído la pandemia”, comentó la directora del CCLM, Beatriz Bustos Oyanedel.

Desde el comienzo de su trayectoria, Ernesto Neto viene explorando y expandiendo radicalmente los principios de la escultura. Gravedad y equilibrio, solidez y opacidad, textura, color y luz, simbolismo y abstracción son las bases de su práctica artística, un continuo ejercicio sobre el cuerpo colectivo e individual, sobre el equilibrio y la construcción en comunidad.

Las obras de Neto en esta exhibición incluyen fotografías, dibujos, estructuras blandas construidas a partir de medias de poliamida y tejidos textiles, fibras, y tejidos de crochet desde los que penden volúmenes y especias, además de grandes instalaciones expansivas y participativas que convierten a los espectadores en parte fundamental de éstas, poniendo en valor la reflexión sobre el ser individual y la vida en comunidad. Neto invoca los sentidos del observador y desafía su cuerpo a que participe e, incluso, se sumerja en la escultura.

La dimensión ritual que la práctica del artista viene adquiriendo en los últimos años evidencia el modo en que sus esculturas han creado y explorado dimensiones sociales cada vez más complejas. En un momento marcado por el descompás entre el ser humano y la naturaleza, Ernesto Neto propone que el arte sea un puente para la reconexión humana con esferas más sutiles. “El artista es una especie de chamán. Él trata con lo subjetivo, lo inexplicable, aquello que sucede entre el cielo y la tierra, con lo invisible. Desde ese lugar, consigue transportar cosas”, dice Neto.