A través de su iniciativa «Museo sin Museo», SACO ha logrado establecer y activar un circuito expositivo en distintos lugares de Antofagasta y San Pedro de Atacama. En esta, su novena edición, se han realizado un total de siete exposiciones dentro de este programa, a las que se puede acceder presencialmente o de manera virtual en su página web, a través de textos, entrevistas, registros visuales y audiovisuales, y recorridos en 360°. En este post destacamos tres de las exposiciones.
El Festival de Arte Contemporáneo SACO, que a partir de su próxima edición pasa a convertirse en Bienal, se ha estado realizando anualmente desde el 2012 en Antofagasta, instaurando en esta región desértica del norte de Chile un núcleo permanente de reflexión, crítica y diálogo interdisciplinar a través del encuentro entre artistas, expertos y público.
El territorio desde el que opera SACO, marcado por la inexistencia de escuelas de arte y un frágil ecosistema institucional dedicado al arte contemporáneo, ha sido activado a través de exposiciones, talleres, residencias, charlas y una convocatoria anual internacional, en los que participan artistas y gestores culturales de distintas partes del mundo.
A través de su iniciativa Museo sin Museo, SACO ha logrado establecer y activar un circuito expositivo en distintos lugares de la ciudad de Antofagasta y en San Pedro de Atacama. En esta, su novena edición, se han realizado un total de siete exposiciones dentro de este programa, a las que se puede acceder presencialmente o de manera virtual en su página web, a través de textos, entrevistas, registros visuales y audiovisuales, y recorridos en 360°.
En este post destacamos tres exposiciones: Desterrada, de Simone Cortezão (Brasil) y Jahir Jorquera (Chile), curada por Francisca Caporali (Brasil); El silencio es más fuerte que el ruido, de Pablo Saavedra Arévalo (Chile); y Ventanas, con Cristina Dorador (Chile), Sebastián Rojas (Chile), Graciela González (Bolivia), Gastón Bailo (Argentina), y Fernando Montiel Klint (México), bajo la curaduría de Sebastián Rojas.
Revísalas aquí:
El silencio es más fuerte que el ruido